Escrito en ESTILO DE VIDA el
En muchas cocinas mexicanas, el azúcar morena y el azúcar mascabado se usan indistintamente para endulzar postres, café o bebidas tradicionales. Sin embargo, no son lo mismo. Aunque ambos productos conservan parte de la melaza natural de la caña, su grado de refinamiento y propiedades pueden influir en la decisión de cuál es más saludable o recomendable para un consumo habitual.
¿Cuál es la diferencia entre azúcar morena y mascabado?
El azúcar morena es básicamente azúcar blanca refinada a la que se le vuelve a añadir melaza, lo que le da su característico color y sabor. Este proceso hace que conserve algo de minerales, aunque en cantidades mínimas. Por otro lado, el azúcar mascabado no pasa por procesos químicos intensivos: es menos refinado, conserva más melaza natural y, por lo tanto, contiene ligeramente más nutrientes como calcio, hierro y potasio.
Nutricionistas señalan que si bien ambos tipos de azúcar siguen siendo productos calóricos que deben consumirse con moderación, el azúcar mascabado puede representar una mejor alternativa si se busca reducir el consumo de aditivos y optar por opciones menos procesadas.
¿Qué dicen los expertos en salud?
De acuerdo con especialistas en nutrición y salud metabólica, ni el azúcar morena ni el mascabado son «saludables» en grandes cantidades. Sin embargo, el mascabado podría considerarse una opción ligeramente más natural por su menor grado de refinamiento. Además, al tener un sabor más intenso, muchas personas tienden a usar menos cantidad para endulzar, lo que representa una ventaja indirecta.
En México, donde el consumo de azúcar sigue siendo elevado y representa un riesgo para enfermedades como la diabetes tipo 2, los expertos recomiendan reducir el uso de cualquier tipo de azúcar añadida, sin importar su presentación. En ese sentido, el azúcar mascabado no es una solución mágica, pero sí puede ser una alternativa menos industrializada para quienes no desean eliminar el azúcar por completo.
Finalmente, los expertos dicen que si estás buscando un endulzante más cercano a lo natural y con menos procesamiento, el azúcar mascabado puede ser tu mejor opción. Eso sí, como dicen los expertos: la clave está en la moderación, no en la sustitución.
